Toto, el inolvidable...o cómo todo empezó

El Santuario Lapalomatriste: como todo empezó , o una historia de amor particular


En la primavera de 1992, un amigo, conociendo mi amor de los animales, me trajo una pequeña bola de plumas gris en apuros. Era un pichón de paloma con una pata rota.

Yo atravesía un momento muy dificil en mi vida, y lo veía todo negro. Pero Toto – es el nombre que le puse – decidió cambiar mi vida por bien, y muy pronto recuperé la alegria, la alegría de dar amor y la de cuidar de un ser inocente que necesita ayuda. Dejé de ser La Paloma Triste, y volvi a ser una persona feliz.

Cuidé a Toto, lo alimenté y luego le enseñé como picotear semillas...Muy pronto, Toto me consideró su mama. Me chupaba los dedos, y movía las alitas para pedir comida. Nunca habia visto nada mas chulo en este mundo. El tercer dia de su llegada, ya “olvidé” de decirle: “En tu nido” y Toto se instaló en mi almohada. Es donde durmió los 21 años siguientes...

Las palomas siendo muy receptivas a la impregnación por el ser humano, Toto, al llegar a la edad adulta, me consideró su “pareja”. Las palomas son muy fieles: le propuse varias veces novias de su especie, pero se negó a mirarlas... 

Durante mas de veintiún anos, Toto ha vivido feliz, siguiendome en toda la casa, durmiendo en mi almohada la noche... besándome la cara y las manos, robándole las gafas y los lapices y los papeles de la escuela (era profesora)... Yo le cantaba canciones y él me contestaba, cantaba conmigo. Ha llenado mi corazon y mi vida de una alegría muy grande, una perla rara en este mundo: la del amor que da, sin pedir nada en torno.

Toto falleció de vejez en mis brazos el 13 de noviembre 2013, dejando un vacio enorme en mi corazon, pero a la vez un regalo de inestimable valor: el amor que tengo a las palomas, los parias de la proteccion animal, y la creacion del Santuario Lapalomatriste. 

Él es el verdadero fundador del Santuario. 


Gracias Toto, gracias por todo, continuarás viviendo por siempre en mi corazon, a través de todos los emplumados del Santuario y a través de todas las palomas que necesitan nuestra ayuda. Todas ellas son un ”Toto”, un ser vivo con sentimientos, que tiene derecho a la vida y la felicidad.